Punto Pelota, ¿periodismo o necesidad de evasión?.
Observo con estupor el fenómeno PuntoPelota: una sorpresiva audiencia no solamente entre seguidores del Real Madrid, sino incluso entre seguidores del F.C.Barcelona. ¿Cómo es posible que un programa que se dedica a sembrar cizaña, verter bulos, crear una corriente de opinión anti-barcelonista e incluso anti-catalanista en algunos casos, sea visto por numerosos hinchas culés?
Los de la capital fueron unos campeones indiscutibles durante décadas, arrastraban masas, cegaban conciencias, generaban millones en audiencia radiofónica y venta de periódicos, réditos en objetos de recuerdo o en turismo deportivo, y que encarnó lo que millones de españoles de a pie no podían lograr: ganar y además ganar a los potentes equipos europeos. La economía doméstica española era de post-guerra y las condiciones de vida muy tristes, había que emigrar buscándose la vida a Francia, a Alemania, a Suiza, a Argentina, a México…sin contrato, incluso sin papeles, o dejar el pueblo de tu vida para buscar un trabajo muy humilde en la ciudad, no existía un futuro esperanzador sino una dictadura represora que te encarcelaba sin derechos, torturaba sin titubeos y manipulaba sin rubor. Y esa dictadura encontró una manera bastante sencilla de granjearse el apoyo popular, de forjar un símbolo del régimen y a la vez de tener al pueblo tranquilo: El apoyo institucional a un club de fútbol y para ello eligió al R. Madrid; su estrategia se movió por dos vías ( el estamento arbitral y el aparato de propaganda): Para la primera vía falseó la competición nacional mediante un aúpamiento sistemático cobijado en un sistema arbitral injusto y “dedocrático” donde los dirigentes arbitrales hasta bien entrada la democracia han sido ex jugadores , ex directivos, ex entrenadores, ex socios o confesos hinchas del equipo blanco (dejo un artículo del gran Hacha Uría que lo ilustra: http://es.eurosport.yahoo.com/blogs/ruben-uria/caretas-fuera-18545.html#more-id. ).
Para la segunda vía contó con que los altavoces mediáticos que influyen en toda la sociedad española están en Madrid y en su mayoría prefieren tener unas relaciones amistosas con un club que arrastra tantas pasiones y que tiene ese respaldo del poder, en otras ocasiones cobraban directamente un sobresueldo en las oficinas de D. Santiago Bernabéu (existen los asientos contables de estos pagos, llamado “fondo de reptiles”) por “hablar bien” y crear buena opinión del equipo blanco.
Esta carga negativa toca tanto al rival directo del R. Madrid en su ciudad: el Atlético de Madrid (castigado con chanzas periodísticas que acaban arraigando en motes “el Pupas” “Patético de Madrid”, etc., para ridiculizarlo) y en el Barcelona del que se transmite una idea de equipo antiespañol, extremista y sectario para que no cuaje el ejemplo en otras latitudes; sus éxitos serán poco publicitados y sus derrotas serán gritadas en la vía pública. Como decía antes esta situación histórica provoca esos dispares enfoques en ambas aficiones: los blancos son positivos y esperanzados hasta rozar la soberbia y los blaugranas somos cautos y negativos hasta extremos impensables; los blancos se ven como ganadores antes de comenzar cualquier competición a poco que el viento, los resultados o la confección de un equipo competitivo alabado por su altavoz mediático los empuje; los culés seguimos mirando al cielo por si cambia el tiempo y se tuerce la buena racha de nuestro equipo o damos por perdida la batalla cuando la distancia es desalentadora. Por supuesto que también ha habido grandes victorias muy merecidas en Concha Espina y derrotas justas en el equipo azulgrana, los seguidores en general tenemos más en común de lo que pensamos: Ambos nos ilusionamos, nos movilizamos y apoyamos a nuestros colores, gozamos en la victoria y lloramos las derrotas, claro está y los seguidores blancos no tienen la culpa de los hechos acontecidos en el pasado, como tampoco los blaugranas tenemos responsabilidad de otros errores históricos que haya podido cometer el Barça; pero lo cierto es que una parte residual de este entramado continúa.
Un grupo mediático ultraconservador, ultra católico y ultra más cosas ha visto que agitar el avispero del enfrentamiento entre territorios, entre idiomas o entre filosofías arroja buenos resultados de share. Y ha seguido el ejemplo actual del periodismo de reality-show (fruto de GH, Jorge Javier y Belén, Sálvame, etc.); juntar a personajes populares en un plató con licencia para gritar. No es, ni pretende serlo, imparcial, justo ni lógico: es solamente sopa boba para los más fanáticos que se creen sus absurdas conspiraciones sin prueba alguna, sus rumores sin fundamento ni base, sus declaraciones inventadas o sus insinuaciones sin fin. Y que, sorpresivamente, también observa un sector del equipo agraviado a diario, del equipo ridiculizado por conductas no vistas en la capital desde hace años. Algunos lo ven para “saber qué piensa el enemigo”, otros para “reírse de las barbaridades que sueltan”, otros por curiosidad o aburrimiento… el caso es que le dan audiencia y por lo tanto sustento económico a esa forma de insulto elevado a la categoría de periodismo con derecho a información. Además casi todos los culés consiguen hacerse mala sangre con la mala baba transmitida. Y para colmo, el fenómeno está empezando a contagiarse a medios más comedidos, al menos en la forma, (AS o el Marca terminarán optando por esta vía para no quedarse atrás), sino dejamos de alentarlos. Lo aconsejable es no darles bola, apartarlos de la actualidad deportiva, si comentan que Pep se droga pues que hablen, si dicen que Messi es “retrasado mental” sus propias palabras los califican, si han oído frases insultantes de jugadores culés pues ya serán denunciados si procede, pero no sigamos su cebo, dejémoslos con su audiencia objetivo: los Ultrasur. En suma que ejerzan su derecho de información con quién no se conecta al programa para informarse sino para alimentar su odio, al ciego que solamente busca justificación para su inquina. Yo seguiré disfrutando de esta edad dorada de nuestro equipo, con un juego exquisito que nadie más puede conseguir, con unos valores basados en el respeto al contrario, en cuidar la cantera, en no justificar lo injustificable y en “dar la mano si se pierde”: Señorío Blaugrana.
Ramiro Ruibal (mirorui)
Pablo: Amigo Ramiro, compañero de charlas nocturnas como ésta y parecida. Te doy las gracias por tu aportación a este pequeño rincón que he creado para mi, para ti y para todo aquel que quiera aportar algo a él.
Gran artículo amigo, gracias y un abrazo.
Seguidle en:
@ramiroruibal
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